viernes, 29 de junio de 2012

Herrumbre






no es que mi casa sea de hierro
no es que el hierro aparente no entrar en mi casa
no es eso, es solo que hoy me lamo las heridas
y la lengua me queda fija a los barrotes

hecho que me precisa a mirar cómo el silencio
instruye a las puertas, a los pocos muebles
a quedar dos, tres, cuatro veces en silencio

en este adentro descansan los motivos de mi mudez
el recuerdo del impacto cuando abrí esa figura

esa patencia de lo abandonado por el sonido

acá se expande el origen y el despojo de un cuerpo inmóvil
asido al laberinto que huye de sí mismo



Natalia Rojas

Julio




que me lleven los pasos del niño que corre afuera
que me lleve en su boca azul de niño de invierno

no, no te asustes
asústate si ladro
pues solo sé habitar la aspereza del tiempo

déjame ir corriendo sujeta a tu sombra
quizás te corrija los cordones

solo déjame ir contigo hasta la casa de vuelta
déjame recordar esos árboles altos
que quebraban el vuelo del zorzal  

déjeme ver de nuevo cómo una niña mira debajo de una piedra





Natalia Rojas

Yo me he construido sobre una columna ausente.
¿Qué habría dicho el Cristo si hubiese estado hecho de este modo?
Henri Michaux


yo he sido columna ausente
el grito prensado del silencio
que se ataja de una ventana
para caerse
para alimentarse
para herirme en la pregunta

¿qué habría hecho Cristo
con todo este correr de vidrios?

con el alimento que ayuna mi boca

con el constructo vacío y uniforme
que baila poblando toda esta casa

qué diría Cristo si yo no fuera ella


señores, qué habría hecho yo
si todo lo que he escrito fuera verdad
y no ausencia  





Natalia Rojas